La teología es una ciencia humana y divina:
- En tanto ciencia posee una epistemología y un método para acceder al conocimiento.
- En tanto humana responde al ser y que-hacer del hombre en el cosmos y en la sociedad.
- En tanto divina tiene un carácter trinitario, proviene primigeniamente de Dios y se centra en el misterio de la plena Revelación dada por Dios Padre en Jesucristo - verdadero hombre y verdadero Dios - y comunicada por el Espíritu Santo para nuestra salvación/liberación/plenitud del ser.
La sana teología no se trata del ser humano que elucrubra, opina, dice de Dios con los elementos que maneja subjetivamente y con datos pre-científicos (incluyendo la forma personal en que interpreta un texto bíblico...), muchas veces fantasiosos y pre-religiosos; se trata más bien del conocer humano que se deja iluminar por Dios que le sale al encuentro y le revela la Verdad, bajo el lente objetivo de la Palabra de Dios y las ciencias que la estudian (que no es estática y anclada sólo en la Sagrada Escritura... Dios ha continuado hablando después y fuera de la Biblia y sigue hablando hoy...) sólo allí la teología deja de ser elucubrar personal para convertirse en un disertar científico.
Hacer teología es acceder a la Verdad del hombre, de Dios y de las consecuencias que esa Verdad entraña para la construcción del mundo en las urgencias del aquí y ahora de nuestro vivir personal, comunitario y cósmico. Es cooperar a Dios, desde el conocimiento que ilumina praxis, en la tarea de Creación y transformación del mundo que Dios está realizando escatológicamente con el ser humano y el Cosmos en orden a la Plenitud en Cristo, es recuperar la dignidad humana herida por el pecado personal y social a partir de la luz que nos ofrece el depósito de la Revelación.
Bienvenidos a la aventura de aprender a hacer teología!
P. Luis Guillermo Rubiano O., c.j.m.
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